martes, 19 de enero de 2010

Haití, un país olvidado

Haití, el país más pobre de todos el continente americano, sufrió hace exactamente una semana, un devastador terremoto de una magnitud de 7,0 grados en la escala Richter, provocando el colapso de un gran número de viviendas y el derrumbe de bastantes edificios. La consecuencia de estos hechos se traduce, según estimaciones, en unas 200.000 personas fallecidas, cifra que nunca podrá ser confirmada porque los propios habitantes de Haití están comenzando a incinerar los cuerpos que están dispersos por las calles, sin contar aquellos que están comenzando a descomponerse. Hoy, en informativos telecinco, cifraban el número de personas enterradas en 80.000.

Resulta muy impactante ver imágenes de niños muertos, de niños que se están debatiendo entre la vida y la muerte, de niños que están sufriendo y que posiblemente sufrirán la amputación de alguno de sus miembros, y que su única esperanza, es un grupo de médicos que trabaja día y noche intentando, con todos los medios que tiene a su alcance, que son pocos, que la cifra de fallecidos no siga aumentando.

Día tras día, se conocen más detalles de lo ocurrido el pasado día 12. Hoy me ha sobrecogido que un colegio, que fue inaugurado hace tan solo un mes y que fue construido con los fondos donados por una iglesia española, se derrumbó con 300 niños en su interior y todos fallecieron. Aquello que se construyó con el fín de un futuro mejor se ha convertido en una trampa mortal.

El motivo de esta entrada, no es contar lo ocurrido ni lo que está ocurriendo, que de eso ya se encargan los medios de comunicación de todo el mundo, sino denunciar la situación de olvido, por parte de la comunidad internacional, en la que se encontraba este país antes del terremoto, ya que la situación actual la conocemos todos.

Aunque existen países como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Chile, México, Reino Unido, Colombia y Cuba que prestan cooperación ya ayuda humanitaria a Haití, resulta más que evidente que no es suficiente. La mayoría de las muertes se han debido al colapso de las viviendas y edificios, atrapando en su interior a las personas. Edificios, que pese ha estar construidos en una zona sismológicamente activa y que ha sufrido devastadores terremotos en el pasado, no han sido dotados de las medidas necesarias para minimizar el efecto de los terremotos. Entre estos edificios están los hospitales, la mayoría destruidos durante el terremoto, y los pocos que quedan en pie, carecen de personal y medicinas, lo que dificulta la atención a los heridos.

Ahora todos los países se afanan en enviar militares, médicos, bomberos, alimentos de primera necesidad, ..., y dinero. Sin menospreciar la ayuda que está recibiendo Haití, es muy atractivo aprovechar catástrofes como la sufrida por los habitantes de este país, para salir en la foto. El despliegue realizado hoy por los marines de Estados Unidos, aterrizando con sus flamantes helicópteros en los jardines del palacio presidencial, seguro que habrá sido visto en todo el mundo. Pero mi pregunta es la siguiente:

¿Cuál sería la situación actual de Haití si hubiera contado tan solo con parte de la ayuda que ahora la comunidad internacional está enviando?

El terremoto no se podría haber evitado, pero probablemente los edificios habrían sido construidos con los elementos necesarios para minimizar el impacto de los terremotos, haciendo que el número de victimas no sea tan alto, existirían más hospitales y mejor dotados, pudiendo proporcionar la atención necesaria que precisa cada uno de los heridos.

Quizás sería diferente, aunque nunca lo sabremos, o sí. Es el momento de aprender de los errores y que los países desarrollados establezcan planes de ayuda, pero ayuda de verdad, a países, que como Haití, están en el umbral de la pobreza y las probabilidades de que puedan sufrir desastres de este tipo son muy elevadas.